El Primo
Lleva tres tardes pasándolas en casa por problemas familiares. Me tapo la cara, separo mis manos y él se ríe. Buh! Buh! Y él se ríe. Me tiro al suelo le hago monerías y él me mira. Su cara viene a decir: ¿Se puede saber que haces, gilipollas? Cuando toca cenar, me escondo; él me busca con la mirada. Cuando me encuentra, se ríe. Se parte la caja. Se mueve, lo cojen, me busca y cuando me encuentra; se ríe, se da la vuelta y es feliz.
Tiene un año y tres meses.
Es curioso un crío. Muy curioso.
1 comentario:
Y tanto que son curiosos los crios pequeños, yo a mi primo (10 meses) le enseñé a abrir y cerrar la tapa del programador de la calefacción de mi casa, y ni te imaginas lo contento que se ponía cada vez que subia o bajaba la tapa!
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