Empatía, S.A. +
1. f. Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro.
Sólo recurran a ella en casos importantes de verdad. Nada de chorradas. Cualquier uso abusivo de la empatía de los demás para su propio beneficio, para aumentar su ego o solucionar sus problemitas de algodón de azúcar se puede volver en su contra. Les puede ser devuelta bajo la forma de mil demonios con mil látigos, y eso duele amiguitos.
Si la ejercen han de saber detectar cuando han de empatizar con toda el alma o cuando únicamente han de conservar las formas socialmente preestablecidas -por supuesto, si desean conservarlas-.
Es un trabajo laborioso el conseguir detectar estas situaciones, y servidor, como empático empedernido -e ingenuo crónico- se ha visto presenciar fines del mundo que ha acompañado con estoicismo; resultando ser al cabo de relativamente poco tiempo, polvo. La consecuencia de semejantes procesos empáticos sin motivos es un vacío comparable al del coito sin interés -por la parte que corresponde-.
Luego están los casos de empatía verdadera y necesaria, y en este caso es cuando hay que demostrar -si procede- como acabaría la balanza en presencia de Osiris.
Por eso creo que una cosa es ser reservado y compartir las cuestiones que de verdad te están socavando; y otra bien diferente es explicar por doquier tus problemas y tus dudas para obtener el beneficio de la falsa ilusión del peso repartido... por desgracia el peso sí se reparte en ocasiones. Y a veces el que arrima hombro cree estar ayudando a construir la pirámide de Kheops, cuando en realidad está cargando humo.
Si no ven, pónganse gafas.
Y recuerden, por las noches cuando la luz se apaga y únicamente oyen su respiración y el eco de sus pensamientos están solos, S-O-L-O-S. Que es un palíndromo de pacotilla.
Peores cosas dijo Materazzi. Y Zidane respondió como lo hacen los hombres de honor. La parábola del marsellés no tiene fin, amigos.
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La hiperactividad matutina ha dado unos pocos frutos, recuperar piezas del tintero y esculpir estatuas con... esto, la mitiquísima canción de Kase.o.
Cada cierto tiempo me gusta volver a escuchar la oppus de don Javier Ibarra. Algunas verdades lo son como puños...
"Con el corazón en obras y la polla bajo cero, vuelvo a casa y el puto 65 no pasa"
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