1 de enero
Después de la ingestión masiva de agua durante todo el día, darle vueltas a la cabeza - o más bien que la cabeza me diese vueltas-, comer caldereta de langosta -espectacular- con poco apetito -¿por qué será, por qué será?-, ver una peli -buena, muy jeunetiana-, hacer el perro como se suele hacer un día como hoy me decido a escribir algo.
Las fotos las subiré mañana porque ahora me iré a dormir y no sé donde tengo la cámara.
Cada vez hay más weblogs amigas.
La vuelta a casa ha sido tranquila. Escuchar la misma canción unas 12 veces relaja ¿no?
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