Impresiones desde lo alto de la torre
Ayer fue un día de despedidas. Último examen de telecos -que si lo dices rápido se te traba la lengua-, cena con regalito del amigo invisible (Goodfellas) y un poco de cachondeíllo en la "Triste Vila de Gràcia (TM)". Durante la vuelta a casa me hervía la cabeza con cosas que hacer, historias que reanudar, temas que zanjar: lo típico después de acabar exámenes. Al menos la vuelta a casa fue más tranquila que la última vez. Necesito un poco de GTD para organizar todo esto: eso va bien, ¿no?
Ayer quizás me diese cuenta que los tiempos han cambiado. Mucha gente se va. Eso está bien, pero entristece un poco.
Ahora toca sólo arreglar algunos asuntos pendientes y tener la mente despierta: eso de "Stay hungry, stay foolish".
La semana que viene a la nieve, a hacer de Legolas!
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